José me devuelve la mirada con una tímida sonrisa. Nos encontramos de vez en cuando en la calle, normalmente cuando voy o vuelvo de trabajar. Tiene una sonrisa que enamora. Todo él enamora.Pero hoy me volví a fijar en sus ojos. Sus ojos son tan tristes que traspasan.
Me llamó para enseñarme a su perrita.
-¿Viste Judit mi perro? ¿es bonita, eh?. Le contesto que sí, que es bonita. Me explica que está embarazada.
Sabiendo cómo soy yo...si fuera otra persona ya le hubiera soltado mi rollo protectora sobre la necesidad de esterilizar a los animales...pero con él me callo. Me cuenta cómo atropellaron a su otro perro y cómo se le ha muerto un cachorro hace unos días.Pongo toda mi atención a lo que me dice, para intentar comprender qué ocurre en su casa.
José es todo un amor y me dan ganas de abrazarlo muy fuerte y de preguntarle por su vida, pero me controlo. Hace sólo unos meses que nos conocemos y siempre que me ve, se para, me mira, me sonríe y empieza a hablarme. Tiene una voz muy dulce y habla muy tranquilo. Me explica muchas cosas en los pocos minutos que tenemos de tiempo.
Yo siempre lo escucho con atención.
Me enamora José. A veces me vienen malos pensamientos con él. Me gustaría raptarlo. Y darle otra vida. Una mejor. No sé porqué, pero no veo que lleve una buena vida...veo sus ropas, veo su cartera y vuelvo a sus ojos. Y luego me quedo en su manera de hablarme, con esa ansia de ser escuchado, de saber que alguien está por él. Me gustaría alargar la mano y tocarle la cara. Me gustaría darle un beso en la mejilla. Me gustaría que sintiera que hay alguien que le quiere. No sé si alguien le quiere en su casa. Me gustaría pensar que si.
Hoy José me dijo que yo le gustaba. Sonreí. Le pregunté porqué yo le gustaba...y se encogió de hombros. Algo en mi estómago se retorció. Sus ojos brillaban cuando lo dijo. Siempre que le veo le pregunto cómo está y cómo le va todo. Creo que está agradecido.
A veces no entiendo al mundo. Y me duele. La gran mayoría de veces no entiendo a los adultos y yo lo soy. No entiendo a las personas y su manera inútil de procrear.Conozco al padre de José, al contrario que él, no me gusta nada de nada.Ni su mirada, ni sus formas,ni cómo trata a su hijo.
Le veo cómo se aleja, al final de la calle se gira, me vuelve a sonreír,levanta el brazo y me dice adiós con energía.
Me voy a casa y escribo éstas líneas...pienso en muchos niños de la edad de José...debe tener unos seis o siete años. La edad más maravillosa a mi parecer. La edad de razonar con la inocencia de ver las cosas de color. La edad de ser feliz y de hacer feliz a los de su casa.No es una edad de tener unos ojos tristes. Y no es una edad de saber de las maldades de los mayores.Es una edad de creer en hadas que vuelan. No,en hadas que no vuelan...
Yo también tengo un hada en mi casa
que quisiera volar, pero no puede.
ZAZ. La fée.
Este grupo lo descubrí gracias a ti Laura. http://lsecretos.blogspot.com.es
Me encantan.
Y me acordé de esta canción cuando escribía éstas líneas.