martes, 21 de agosto de 2018

Bella ciau



Me mudo.
Quizás en un tiempo vuelva por aquí. Pero últimamente no tengo nada que decir. 
Es triste. Me da pena. 
Soy de apegos. 
Y eso que durante mucho tiempo hice un montón de cosas para desapegarme.
Hasta de mi país. Que está ahí. Lejos. Demasiado lejos. 
Y mis colegas. Y mi familia. Y mis perros.
De todo.
Y aquí estoy. Sin saber qué decir. Ni cómo seguir. 
Así que de puntillas. O con patitas de gato me voy al blog de al lado. 
Que es más de imágenes. 
De frases agarradas por los pelos. De letras de música. 
O de series estúpidas para entretener las cabezas pensantes de estupideces.
Me voy al lado para no dejar del todo este mundo de los blogs.
Me despido y no me despido.
Porque odio despedirme sin estar presente.
Así que allá me voy de un salto





martes, 3 de julio de 2018

de...




Siempre fui muy cobarde para todo. Pero también muy resistente. No sé si son dos adjetivos que se complementan. Pero podría definirme así. Es tan extraño cómo nos vemos nosotros y cómo nos ven los demás. Qué proyectamos para que se hagan una imagen que quizás no es la que corresponde a lo que eres. O lo que crees que no eres. Últimamente hay dos versiones de mi misma. Pero ya no me desdoblo como antes, con la facilidad camaleónica que me caracterizaba. Perdí esa intensidad.
De pasar de un lado a otro. De luchar. De sonreír a pesar del lado en el que estés.
Es como si todo lo que deseaste, todo lo que buscaste, todo lo que te esforzaste, todo lo que anhelaste, fuera sólo una imagen borrosa de una realidad pasada.
Crear un sueño basado en grietas.
Grietas propias de nuestra naturaleza humana. De pedestales que se caen.
De no saber qué caminos elegir para seguir avanzando.
Por suerte, los días sí avanzan y con ellos llegan las soluciones.




jueves, 17 de mayo de 2018

Mirando hacia atrás para ir hacia delante...




En todas esas conferencias que veo y escucho sobre crecimiento personal, lo primero que te explican es que uno ha de encontrar el sentido a su vida y a su trabajo.
Yo estoy en la etapa de mi trabajo.
Debo darle sentido.
Bien...pero he de saber primero de todo ¿cuál es mi trabajo?

Cuando me preguntan ¿cuál es tu profesión? Me gustaría poder decir diseñadora de bisutería...Pero no me sale. Contesto: vendedora.
Y sí...toda la vida he estado en una tienda vendiendo. Y soy eso, una vendedora.
Pero luego, si me paro a pensar, soy un poco más que eso.
Creé una tienda. Y digo creé, porque "Itta Boutique" no era un "simple comercio". Era un nuevo concepto de comercio. Era diferente. En su momento no lo supe ver.
Ni siquiera valorar.

Y después de ocho años renuncié a seguir porque no encontraba la motivación suficiente para luchar contra una crisis que empezaba a arrasar con el ánimo y el bolsillo de todo el mundo.
Y de ir contra corriente. Y ante todo; no quise ir en contra de mis creencias e ideales.
A pesar de quedarme sin trabajo. A pesar del asombro de todo el mundo.
Al final para todos fue, "otra" tienda más que caía por culpa de la crisis.
No me arrepiento. Nunca lo he hecho.

No fue una decisión drástica.
Hacía tiempo que veía la tendencia general y no era muy alentadora.
Llevaba mucho tiempo esforzándome. Y no veía la contrapartida. Quizás no estaba tampoco en un buen momento personal y se mezcló todo. Pero no podía con según qué comentarios de algunas clientas. Debería haberme quedado con las cosas buenas.
Con todas esas personas agradecidas que valoraban el trabajo.
Por todas esas clientas fieles.
Pero no me alcanzó.
No me alcanzaron los ingresos ni sus sonrisas.
Las más auténticas, las que no sólo eran clientas, están ahí. Seguimos en contacto.

Mis ideales...siguen siendo los mismos. Un comercio justo y ético.





martes, 27 de febrero de 2018

♦ El febrer és traïdor, borrascós i glaçador.




Se acaba el mes de febrero. No sé si son sus veintiocho días, que no me ha dado para nada el maldito. Creo que no soy de tener buenos propósitos ni a principios, ni en la mitad, ni terminando el año. Hace tiempo me di cuenta que no tengo el valor de ponerme metas, porque las que me he  puesto, me acaban aburriendo, absorbiendo o sencillamente me las paso por el forro. Es malo ser así. Es verdad.
Porque nunca terminas nada del todo.
Sí. Me leo todo lo que está ahora de moda. Esos coach que parece que tengan que solucionarte la vida con sus planings y sus estrategias. Y si uno no quiere cambiar ni esforzarse está claro que nadie va a conseguirlo. No quiero hacerme promesas.
Me gustaría ser más constante. Pero dependo bastante de mi maldito ánimo. Y si estoy animada soy una máquina y si estoy en modo: ánimo-decaído soy un alma errante. Para escribir también me pasa y cuando estoy "así así" me voy a mi otro blog (que es privado) y escupo sapos y culebras y nadie se entera...El otro día escribía sobre mi micro-mundo. El que me he creado o el que me estoy creando. La realidad allí fuera es tan horripilante que me hace decaer el ánimo así que para que la peña no me malinterprete o escribir cosas chorras u ofensivas no escribo o lo escribo allí.
No sé qué hacer. Quizás me ponga como objetivo, escribir cuatro líneas pero específicas. Porque el "batibull" de ideas, de cabreos, de tristezas, de paranoias y demás es tan amplio que debo organizarme para ir sacándolo de "apoquito" para no liarme y encima empachar al personal.


♦Febrero es traidor, borrascoso y helador.

miércoles, 21 de febrero de 2018

Vecinos. 2: Wattssaps.






Vivimos en la era de las comunicaciones, pero en los extremos se pierde la virtud.
Si se corta la corriente eléctrica en un edificio normal todos quienes están ahí se dan cuenta, incluso en este edificio nos damos cuenta y eso que de normal no tiene mucho. Como por suerte ningún vecino tiene su vida atada a un aparato eléctrico, lo único que debería hacerse ante esa contingencia es verificar si alguien quedó encerrado en el ascensor. Nada más.

En este edificio eso no se hace.
En este edificio se hace casi todo lo que no debe hacerse y se omite aquello que corresponde.

Antes del minuto de iniciado el corte de energía una vecina pregunta por wattssap “¿Ustedes también están sin luz?”
No, pelotuda, el resto tenemos un grupo electrógeno de 1000 MW. 
Claro que nos quedamos sin luz.!!!

Al instante otra contesta “Yo no sé porque estoy en Acapulco” Y la puta madre que te parió para qué contestás. Por qué no te metés al mar y te ahogás y si salís de él viva quizás tenemos suerte y te matan un grupo de narcos.

“¿Alguien sabe cuándo va a volver el servicio?” 

Sí, el del 4 “C” es adivino, pelotuda!
¿Alguien podría llamar a la compañía eléctrica para hacer el reclamo?” ¿Por qué no llamás vos inútil de mierda o tenés los dedos enyesados?

“Se me va a descongelar la comida que tengo en el freezer… qué cagada” Mejor así te vas a comer afuera y no te tengo que aguantar preguntando pelotudeces.

Mientras esto sucede un pobre infeliz está gritando en el ascensor y rayando con sus uñas el acero inoxidable de la puerta como si se tratara de un cuento 

de Edgard Alan Poe. 
El habitáculo del ascensor está completamente oscuro porque por supuesto las luces de emergencia jamás se pusieron y nadie reclamó porque están obsesionados con que cambien la cerradura de la puerta de entrada que, dicho sea de paso, funciona muchísimo mejor que el grueso de las cosas de este puto edificio.
“Es la hora del paseo de Bobi y no sé como voy a hacer para llegar a la planta baja” 
Por la escalera conchuda que vivís en el primer piso!!!!!



http://mamabohemecomplements.blogspot.com.ar/2016/06/vecinos-1-alarmas-para-sonar.html






El otro día  vi en Netflix esta película y me partí de la risa...lo que hacen las pelis que te inspiran en esos días raritos...!!!!!!
Para escribir en "argentino" necesité ayuda, para los tacos no.



viernes, 19 de enero de 2018

Sensaciones de lugar.



De mis dos meses en "casa", no sé que puedo decir. Ni qué conclusiones sacar.
Estuve en modo "off" todo el tiempo. Queriendo y no queriendo estar.
Quería quedar con todas esas amigas que hacía casi dos años que no veía, pero con las que ya estaba medio conectada. Casi que no te vas del todo, con tanta tecnología.
Me quedé a la mitad con todas.

Con la familia...a la semana necesitaba huir de ellos.
Girona es una ciudad que me entristece el corazón.
Me encanta pasearme. Pero que sea un día. Y que me quede el sabor de necesitar más. No de empacharme, no de necesitar buscar escapar. Es mi ciudad, son mis orígenes, es conocerlo todo, es la sensación de opresión. De control. De isla desierta.
Sí. Girona es una isla desierta en la que me ahogaría al séptimo día. Como me pasó.
Y tuve que marcharme.
No sé cual es la razón, en realidad.

Arenys de Munt no me produce nada. Quizás más calma. Pero me la producen los/mis animales y el reconocer, ahora que estoy lejos, que es un buen lugar para pasear.
Para estar tranquilo. Puedes dormir.
Puedes salir a caminar al bosque en cinco minutos. Nunca te das cuenta de esas cosas si no careces de ellas. Y ahora carezco de ellas. Quizás por eso, ahora lo valore.

Mataró no me da frío ni calor. Es una ciudad en la que lo di todo. Mi último aliento en cuestión de trabajo. Me esforcé al máximo y no sirvió. O sí. Todo sirve en esta vida. Aprendí mucho.  Y me quedaron grandes amigas. Y otra familia.

Dos meses de vacaciones para desconectar de mi añoranza.
De pensar que estoy muy lejos de todo.
Y cuando estaba allí pensar que estaba muy lejos de aquí.

Lo que son las sensaciones en cada lugar;
mentiras o realidad
no sé qué decir.